Canción del mes de MARZO 2024: "QUIERO SABER TODO DE TI"

6 de marzo de 2016

Profetas en tierra ajena

¿Qué habría sido de Rubén Darío si se hubiese quedado a vivir en Nicaragua? ¿Qué habría sido del futbolista Oscar Duarte? ¿O el timbalero “Chepito” Areas? Estos son algunos nicaragüenses que brillaron en otras patrias.

Extracto de la nota en donde mencionan a Hernaldo:

Casi se puede decir que por designios del destino la vida y carrera de Hernaldo Zúñiga se catapultó a raíz del terremoto de 1972 que destruyó Managua. Hernaldo comenzaba sus estudios universitarios de Derecho y al destruirse la facultad se mudó 5,300 kilómetros al sur, al país más largo y angosto de América.

En Santiago, capital de Chile, el masayense estudió y atendió una joven preocupación artística que traía consigo: componer música. Su primer título se llamó Ventanillas y estaba inspirado en el poema Ventana, del nicaragüense Alfonso Cortés. En medio de sus estudios de Leyes en la Universidad de Chile, en 1974, Hernaldo probó suerte con su tema y lo metió a concursar en el XV Festival de Viña del Mar. No pudo tomar una mejor decisión.

“Mi carrera es una concatenación de casualidades, eso que se conoce como la fuerza del destino, justo el título de una ópera de Verdi, que es un compositor con el que me identifico mucho”, responde amable el cantautor a la pregunta de qué tanto le ayudó salir de Nicaragua a su carrera artística.

Ventanillas obtuvo el tercer lugar en la competencia por la mejor canción de Viña, y aún mejor que eso, se convirtió en una especie de himno para la juventud chilena. Desde ese entonces, y a pesar de que Hernaldo siempre continuó con sus estudios —de los que se graduó en España—, tanto su talento para escribir canciones como su habilidad para el canto y la música se encarrilaron en la vías del éxito internacional.

En 2016, al hablar de sus orígenes en Masaya, Hernaldo Zúñiga recuerda lo pintoresco de su infancia y reconoce la influencia de esa ciudad-pueblo en su quehacer como artista.

—Con el éxito cosechado en su carrera, ¿qué siente cuando echa un vistazo a su pasado y da con Masaya?

—He ido atesorando con cierto romanticismo lo bueno que se acuñó de mi niñez y adolescencia en Masaya. Sobreviven recuerdos de tradiciones coloridas, eventos transversales, como las fiestas de San Jerónimo, lo que entonces llamábamos El Tope, que entiendo hoy se llama La Hípica; también las festividades de La Purísima, Semana Santa, Los Diablitos… Y en un plano más íntimo, viajes a la finca rural familiar y la impronta de mi abuelo Hernaldo, sumado a la alegría que supo atraer a la casa mi madre, fiel cómplice de mi papá… Tuve la fortuna de crecer en un entorno de gente buena.

Entre 12 producciones selectas como cantautor de baladas y canciones de trova, Hernaldo Zúñiga ha vendido más de tres millones de copias y solo contabilizando sus trabajos de autor que otros artistas han interpretado, las ventas ascienden a nueve millones, según su sitio web oficial. Su último álbum de estudio se llama Nómada, salió a la venta en 2007 y entonces Hernaldo dijo a LA PRENSA, a propósito del nombre: “Tiene que ver con lo que yo soy, es decir, cómo ha sido mi vida, que ha sido una vida nómada”.