Hace un ratito atrás en un viaje de México a Brasil llevaba a mano el Semanario Mexicano Siete Días, como es usual en este tipo de vuelos comencé a leerlo y me encontré en la Sección de `Retrato Hablado' con un artículo escrito por Eliseo Alberto, Premio Internacional Alfaguara con su obra Caracol Beach.
Entré en curiosidad porque no es usual que un escritor se ocupe de un cantautor, y desmenucé el artículo. Fuera de la descripción que relata sobre su confortante y elogiosa experiencia en el Concierto al que asistió; dos cosas se me quedaron grabadas de lo leído. "Desde ese concierto, Hernaldo siempre cantará en algunas páginas de mis novelas, y él dirá poemas de mi padre en sus recitales, y agregó: "Hernaldo Zúñiga, compositor y cantante nicaragüense, parece un hombre feliz, talvez porque sabe que la felicidad es un merecimiento centrípeto, no centrífugo. Sus discos tienen alas: vuelan. No sé de una sola persona sana de alma que, conociéndolo, no lo quiera.
Con curiosidad después hurgueteando en la vida de ese compatriota nicaragüense me encontré comentarios en diversos medios de comunicación como el escrito por José Luis Martínez, del Nacional, que dice: "Sus canciones delatan el itinerario de un hombre sencillo que canta para el mundo complicado de hombres con problemas y sufrimientos reales".
Por eso la entrega instantánea del público, la claudicación que se viste de euforia ante cada uno de los temas interpretados por Hernaldo, por la honestidad de su realización, la belleza de sus canciones y el tributo que le brinda a los grandes de América: Pablo Neruda, César Vallejos, Ernesto Cardenal, Rubén Darío, Alfonsina Storni, Octavio Paz, etc. Y nos adentra en uno de sus conciertos escribiendo: "Es un cantautor cuya única patria además de la suya, es el corazón de la gente, del publico que Hernaldo Zúñiga ha logrado seducir y convocar a través de los años con sus canciones, verdadera celebración de la vida y el amor.
Luego entro en un mar de artículos y me encuentro con uno del Economista bajo la pluma de Freddy Secundinos, quien al referirse a uno de los "álbumes" de Hernaldo llamado BASICO DF dice: luego de escuchar esta producción lo único que puede reclamársele a Hernaldo es que haya dejado pasar tiempo para grabar este disco, es una cadena de metáforas imantadas: atraen nuestros sentimientos, nivelan el alma y refrescan los oídos.
Podría seguir con otros artículos como el publicado en la Revista Época por David Siller que elogia la calidad de sus canciones y su grandeza como intérprete. Pero yo me uno a la petición de que muchos queremos ver a HERNALDO en un concierto masivo, para ver que a cada uno le "queda gas, para alumbrase y para alumbrar. Por eso no me extraña que se haya abierto una fecha adicional para el 24 de Septiembre, y no me extraña que se hayan agotado las entradas para el 23. Yo por mi parte me adelanté y en estos días de vacaciones por mi país, junto a mi esposa fuimos de los primeros en comprar los boletos, porque no podía faltar a esta cita con este compatriota y regresar con el alma completamente feliz.
Entré en curiosidad porque no es usual que un escritor se ocupe de un cantautor, y desmenucé el artículo. Fuera de la descripción que relata sobre su confortante y elogiosa experiencia en el Concierto al que asistió; dos cosas se me quedaron grabadas de lo leído. "Desde ese concierto, Hernaldo siempre cantará en algunas páginas de mis novelas, y él dirá poemas de mi padre en sus recitales, y agregó: "Hernaldo Zúñiga, compositor y cantante nicaragüense, parece un hombre feliz, talvez porque sabe que la felicidad es un merecimiento centrípeto, no centrífugo. Sus discos tienen alas: vuelan. No sé de una sola persona sana de alma que, conociéndolo, no lo quiera.
Con curiosidad después hurgueteando en la vida de ese compatriota nicaragüense me encontré comentarios en diversos medios de comunicación como el escrito por José Luis Martínez, del Nacional, que dice: "Sus canciones delatan el itinerario de un hombre sencillo que canta para el mundo complicado de hombres con problemas y sufrimientos reales".
Por eso la entrega instantánea del público, la claudicación que se viste de euforia ante cada uno de los temas interpretados por Hernaldo, por la honestidad de su realización, la belleza de sus canciones y el tributo que le brinda a los grandes de América: Pablo Neruda, César Vallejos, Ernesto Cardenal, Rubén Darío, Alfonsina Storni, Octavio Paz, etc. Y nos adentra en uno de sus conciertos escribiendo: "Es un cantautor cuya única patria además de la suya, es el corazón de la gente, del publico que Hernaldo Zúñiga ha logrado seducir y convocar a través de los años con sus canciones, verdadera celebración de la vida y el amor.
Luego entro en un mar de artículos y me encuentro con uno del Economista bajo la pluma de Freddy Secundinos, quien al referirse a uno de los "álbumes" de Hernaldo llamado BASICO DF dice: luego de escuchar esta producción lo único que puede reclamársele a Hernaldo es que haya dejado pasar tiempo para grabar este disco, es una cadena de metáforas imantadas: atraen nuestros sentimientos, nivelan el alma y refrescan los oídos.
Podría seguir con otros artículos como el publicado en la Revista Época por David Siller que elogia la calidad de sus canciones y su grandeza como intérprete. Pero yo me uno a la petición de que muchos queremos ver a HERNALDO en un concierto masivo, para ver que a cada uno le "queda gas, para alumbrase y para alumbrar. Por eso no me extraña que se haya abierto una fecha adicional para el 24 de Septiembre, y no me extraña que se hayan agotado las entradas para el 23. Yo por mi parte me adelanté y en estos días de vacaciones por mi país, junto a mi esposa fuimos de los primeros en comprar los boletos, porque no podía faltar a esta cita con este compatriota y regresar con el alma completamente feliz.
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